Información Extra
No existe hasta la fecha una edición del Nuevo Testamento meramente histórica, efectuada con criterios estrictamente académicos, no confesionales, sin ninguna tendencia religiosa previa. La correcta comprensión de textos escritos hace casi dos milenios exige una labor explicativa basada en conocimientos literarios e históricos, no solo teológicos. Contemplar los libros del Nuevo Testamento con nuevos ojos tras el mismo tratamiento crítico deparado a cualquier otro texto de la Antigüedad grecolatina presenta a menudo un sentido diferente y más interesante si cabe.
Los autores tratan de responder a preguntas continuamente formuladas en los medios: ¿Qué hay de verdad histórica en los Evangelios? ¿Qué de ficción? ¿Añadió mucho la Iglesia primitiva de su cosecha a la tradición sobre Jesús de Nazaret de modo que esta quedó distorsionada? ¿Qué opinan al respecto los historiadores y comentaristas de las muy diversas confesiones del cristianismo?
Esta mirada, al menos relativamente nueva, sobre los libros del Nuevo Testamento puede incluso conducir a un redescubrimiento de este conjunto de obras por parte del lector, independientemente de sus creencias. Es igualmente cierto que a menudo muchas aclaraciones a textos tan antiguos, a veces tan alejados de la mentalidad general del siglo XXI, tienen un carácter puramente probable. También interesa que el lector, tras hacerse una idea de las opiniones diferentes expresadas en el comentario, se forme la suya propia independiente de la de los autores.