Con Jesús de Nazaret (también llamado nuestro Señor Jesucristo) pasa como con el gazpacho, que cada uno se lo monta su manera y tan rico, oiga. Y así tenemos Jesuses revolucionarios y también decididos partidarios de los enemigos de la revolución; Jesús Pobre alojado en ricos templos que para sí quisieran el presidente de USA o los jeques del petróleo; Jesúses con los puños de la camisa impolutos y cuatro ingenierías; Jesús para arqueólogos, dónde lo que importa no es el amor, sino saber en qué en griego se decía "ágape"; Jesús moralista estricto, que no solo hubiera sido el primero en apedrear a la adúltera, sino a cualquier adolescente que saliera de la farmacia con un paquete de preservativos... y todo eso partiendo, se supone, de unos mismos Evangelios. Pero cuando los evangelios se leen sin ponerse el velo, dicen unas cuantas cosas claras de verdad, mientras que otras no las dicen en absoluto. Este libro intenta expresar, con dibujos claros, lenguaje clarísimo y algunas licencias y anacronismos, lo que constituye el meollo de la vida pública de Jesús ya han sido tratadas la infancia y la adolescencia en "¡Qué bueno que viniste! Se ha querido hacer inteligible al máximo, para mujeres y hombres de hoy, lo que fue dicho y hecho, 15 siglos antes de los Reyes Católicos, para hombres y mujeres como los de hoy, que sabían también de estrecheces y penas, de esperanzas frustradas, de gozos grandes y pequeños, de amores y desamores... y para quién es Jesús, lo que él hizo y lo que dijo, constituyó una buena noticia de verdad, y no un sermón de misa de 12. Lo que aquí se cuenta no gustará mucha gente. Esperamos que guste, en cambio, a otros muchos, y precisamente aquellos a quienes el de Galilea, desde un monte que en realidad era poco más que una colina, llamo un día "bienaventurados".