El feminismo es historia: hemos ganado nuestro puesto en la sociedad, conquistado nuestra libertad, la contraconcepción es nuestra decisión... Y, sin embargo, nos sentimos terriblemente solas". Esta demoledora afirmación de la escritora británica Helen Fielding (nacida en 1959) -podría decirse- resume y confirma en una sola frase toda la tesis desarrollada por Paul Tournier en el presente libro sobre la misión de la mujer, uno de los más brillantes entre los muchos salidos de la pluma del prolífico médico y escritor suízo. Sin menospreciar en nada el derecho de la mujer a la igualdad, tan ardientemente defendida y reclamada por los movimientos de liberación, Tournier sostiene que las feministas han errado en sus objetivos al centrar sus reivindicaciones en una obsesión para que la mujer sea igual al hombre. Su tesis con respecto a la misión de la mujer va más allá... Propone una igualdad diferenciada, en la que la mujer puede desarrollar en la sociedad las mismas funciones que el varón, pero no imitando su conducta y forma de hacer, sino manteniendo su propia personalidad y estilo. "Con ello -afirma- la mujer, más sensible, más intuitiva y comunicativa que el hombre, que se mueve mejor en el mundo de las cosas que en el de las personas, alcanzaría su verdadera misión, aportando a nuestra sociedad ese toque de calor humano que tanto necesita". El libro se completa con un interesante trabajo adicional sobre el sentido de los regalos, donde con ese típico estilo científico coloquial, tan característico de su pluma, el autor analiza las diversas motivaciones psicológicas ocultas detrás de los regalos, tanto en aquellos que nosotros hacemos como en aquellos que nos gustaría recibir". Paul Tournier es un brillante pensador y escritor, tal vez el terapeuta cristiano más influyente del siglo XX. John Ortberg Los libros de Tournier son y serán instrumentos de sanidad interior y bálsamo para muchas personas hoy. La radiante luminosidad de su obra va a iluminar la oscuridad de innumerables corazones rotos, abrumados, solos. Pablo Martínez Vila